El anuncio del Evangelio nos apremia. La Palabra de Dios debe ser predicada a tiempo y a destiempo y debe alimentar la vida de los discípulos. La penuria de Ministros Ordenados no puede ser obstáculo para que esa Divina Palabra siga resonando en el corazón de los fieles.
Confiamos a San José y a la Virgen del Carmen este esfuerzo evangelizador. Estamos seguros que Dios, es quien otorga el crecimiento, hará fecunda la labor de tantos catequistas y laicos comprometidos con el Evangelio en estas misioneras.
Nelson Jair Cardona Ramírez
Obispo de San José del Guaviare