En este segundo mes del año, iniciamos nuestro tiempo de Cuaresma con el miercoles de ceniza.  Biblicamente la ceniza nos recuerda: El origen del Ser humano: “Dios formó al hombre con polvo de la tierra” (Gen 2,7) y el fin de este: “hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho” (Gn 3,19).  Por tanto, en el Antiguo Testamento la ceniza simboliza dolor y penitencia que era practicada para reflejar el arrepentimiento por los pecados cometidos. Y en el nuevo testamento; El mismo Señor Jesús hace nuevamente referencia a ella cuando declara: ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros que se hicieron en vosotras se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se hubieran arrepentido en cilicio y ceniza. (Mt 11, 21; Lc 10,13)

En la actualidad la ceniza se imparte, diciendo las palabras Bíblicas: “Acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás”, o “Conviértete y cree en el Evangelio”.  Por tanto; la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia: En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto y de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública.