Muy apreciado (a) catequista:

Bienvenido a esta aventura de compartir la fe, en esta oportunidad con los adolescente y jovenes  qué se acercan para recibir el Sacramento de la confirmación, Sacramento que da la plenitud  del Espíritu Santo, con sus dones y sus frutos

El catequista dice el Papa Francisco, “es consciente de haber recibido un don, el donde la fe,  y lo da como don a los otros. Y no se queda para sí su tanto por ciento. todo lo que recibe lo da. No se trata de un negocio. Es puro Don: Don  recibido y Don transmitido.”

Tendrás en tus manos una gran responsabilidad, que debes cumplir ante todo con amor. 

La iglesia te encomendará la transmisión de la fe,   acompañaras en nombre de tu  parroquia este proceso, de modo que se  complete en los catequizandos la iniciación Cristiana. La  confirmación es un momento indispensable en la vida del Cristiano, termina de sentar las bases para lo que será en adelante su caminar con Dios, su propia experiencia de fe, su compromiso con la Iglesia, sus  hermanos, e incluso su despertar vocacional.

Debes tener en cuenta que los catequizando, muy posiblemente han estado distanciados de la práctica de la comunidad  cristiana, en muchos casos desde su primera comunión;  Tu misión será ahora ayudarles avivar y madurar su fe y vida cristiana  para que luego de recibir el don del Espíritu Santo en un corazon dispuesto y preparado, decidan dar continuidad a su experiencia con Dios con decisión y radicalidad; atraídos por la persona de Jesús resucitado y por su evangelio como norma de vida.

Que el Espíritu Santo dirija tu labor y la haga fructificar, y que  María Santísima primera evangelizadora, sea tu compañera en la misión.